sábado, 28 de noviembre de 2015

El valor de una rosa roja.


Un joven estudiante deseaba bailar con una joven muy bella, pero necesitaba una rosa roja para poder realizar sus sueños. No la encontraba, mas un ruiseñor que sabía de sus deseos se prestó voluntariamente a conseguirla a cambio de su corazón.

El ruiseñor voló al rosal de rosas blancas y colocó su pecho contra las espinas, y las espinas tocaron su corazón, y el sintió en su interior un cruel tormento de dolor.

Cuanto más acerbo era su dolor más impetuoso salía su canto, porque cantaba al amor sublimado por la muerte, el amor que no termina en la tumba.

Y una rosa maravillosa enrojeció como las rosas de Bengala.

Pero la voz del ruiseñor desfalleció. Sus breves alas empezaron a batir.

Entonces su canto tuvo un último destello. La blanca luna que le oyó, olvidándose de la aurora, se detuvo en el cielo.

La rosa roja lo oyó. Tembló toda ella de arrobamiento y abrió sus pétalos al aire frío del alba.

Mira, mira, gritó el rosal, ya está terminada la rosa.

Pero el ruiseñor no respondió: yacía muerto en las altas hierbas con el corazón traspasado de espinas.

Y el estudiante pudo gozar de la rosa roja y llevársela a su amor.

Pero la joven la despreció, porque había recibido unas joyas.


Oscar Wilde



Un ruiseñor rubricó con su sangre el amor que sentía por el joven. Su vida cambió el color de la rosa.

Amar y ser amado es una necesidad muy profunda de cualquier ser humano. Cuando amamos, no solamente cambiamos el color de los demás, sino que les ayudamos a crecer, a desarrollarse, a realizarse.

El verdadero amor se da, se entrega, no se guarda para sí mismo. Quien ama sabe que no puede existir un servicio generoso sin sacrificio de la misma vida.

En el corazón humano hay grandes tesoros. Es necesario descubrirlos. El mayor de todos, sin duda, es el del amor, pero hay que aprender a amar. “O los hombres aprenden a amarse, y el hombre se decide a vivir para el hombre, o perecerán todos. Todos juntos. A nuestro mundo no le queda otra alternativa: amarse o desaparecer. Hay que elegir de inmediato y para siempre” (R. Follereau).

Vivimos en un mundo fascinante y aterrador al mismo tiempo. Progresamos científicamente, pero nuestros corazones envejecen y no sienten. Necesitan un transplante divino que nos haga más humanos, parecidos al corazón del ruiseñor.

“Cuando esté duro mi corazón y reseco, baja a mi como un chubasco de misericordia.

Cuando la gracia de la vida me haya perdido, ven a mí con un estallido de canciones.

Cuando la gracia de la vida se me haya perdido, ven a mí con un más allá, ven a mí, Señor del silencio, con tu paz y tu sosiego.

Cuando mi pordiosero corazón esté acurrucado cobardemente en un rincón, rompe tú mi puerta, Rey mío, y entra en mí con la ceremonia de un rey.

Cuando el deseo ciegue mi entendimiento con polvo y engaño, ¡vigilante santo, ven con tu trueno y tu resplandor!” (R. Tagore).

sábado, 21 de noviembre de 2015

Mi vocación es el amor.


Una vez decidió Dios visitar la tierra y envió a un ángel para que inspeccionara la situación antes de su visita.
Y el ángel regresó diciendo; “La mayoría de ellos carece de comida; la mayoría de ellos carece también de empleo”

Y Dijo Dios: “Entones voy a encarnarme en forma de comida para los hambrientos y en forma de trabajo para los parados”


Anthony de Mello



Dios decidió encarnarse en forma de comida para los hambrientos y en horma de trabajo para los desempleados. Se acomodó a las necesidades de cada uno porque amaba a todos; y sigue visitando y quedándose con el indigente de cualquier clase, porque siempre ama. “su voluntad es el amor”

“El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa” (San Juan de la Cruz, Dichos del luz y amor 101)

El amor es descanso, es vida, es ilusión y fuerza para vivir. La falta de amor nos pone tensos y produce cansancio y hastío. Nos agota el tener que vivir sin nada ni nadie. Nos fatiga y hastía lo que nos queda por andar.


El amor no harta, no se desgasta. Engendra todo lo bueno que se pueda desear, puesto que nos hace semejantes a Dios: Bondadoso, misericordiosos comprensivos, fuertes.


El amor dio la clave de la vocación a Santa Teresita del Niño Jesús a través de él comprendió: “Que la Iglesia tenía un corazón, y que ese corazón estaba ardiendo de amor”


Qué ponía en movimiento a toda la iglesia.
Que el amor “encerraba todas las vocaciones” Que el amor lo era todo. Que el amor abarcaba todos los tiempos y lugares, en una palabra. Que el amor es eterno.


Con gran alegría Teresita exclamó: Por fin, he hallado mi vocación, ‘Mi vocación es el AMOR.


“Dormí y soñé que la vida era gozar.

Desperté y comprendí que la vida era servir

Serví y comprobé que vivir es gozar (R. Tagore)

https://www.youtube.com/watch?v=P2klCBcZiFk

sábado, 14 de noviembre de 2015

El amor es la mayor riqueza.


El marido: ¿Sabes, querida? Voy a trabajar duro y algún día seremos ricos.

La Mujer: Ya somos ricos, querido. Nos tenemos el uno al otro. Tal vez algún día también tengamos dinero.


Se trabaja muy duro, pero tanto los que trabajan más de ocho horas, como los que desearían hacerlo pero no pueden, ponen la meta en conseguir dinero. Creen que con dinero, poder y placer ya son ricos y no necesitan de nada más.

Nuestra mayor riqueza está en conocernos y valorar lo que somos. No nos estimamos. Despreciamos lo que somos y tenemos. En el momento que cambiemos la visión de las cosas y las miremos de forma positiva, nos sucederá tal como pensamos.

Es vital que se renuncie a una idea falsa de felicidad y de riqueza, para poder ser verdaderamente felices y ricos. El descubrir lo que Dios nos ha dado, que El camina con nosotros, que nos quiere felices y que nos amemos de verdad, es la mayor riqueza que podemos tener.


Al final del camino me dirán:
¿Has vivido? ¿Has amado?
Y yo sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Camino de vida.




Un viajero caminaba un día por la carretera, cuando pasó junto a él como un rayo un caballo montado por un hombre de mirada torva y con sangre en las manos.

Al cabo de unos minutos llegó un grupo de jinetes y le peguntaron si había visto pasar a alguien con sangre en las manos.

¿Quién es él? Preguntó el viajante.

Un malhechor, dijo el cabecilla del grupo.

¿Y lo perseguís para llevarlo ante la justicia?

No. Lo perseguimos para enseñarle el camino


Anthony de Mello



Dejar que los otros descubran su camino y las actitudes que deben llevar en este caminar, es una hermosa tarea para padres y educadores. Cada caminante hace su propio camino; pero necesita de alguien que le ayude a abrir los ojos a todo lo bueno y bello, a tomar decisiones personales, a ser crítico ante la vida, a aceptar el dolor, a crecer y a madurar. Modificar cualquier comportamiento, sanar las heridas producidas por tantos errores propios y ajenos, será una labor ardua, paciente y dificultosa.

Dice San Juan de la Cruz en Dichos de luz y amor,3:

“Aunque el camino es llano y suave para la gente de buena voluntad, el que camina caminará poco y con trabajo si no tiene buenos pies y ánimo y porfía animosa en eso mismo.”

En estas palabras señala los elementos necesarios para caminar. Presupone que se ha de tener buena voluntad, pues cuando falta esta, todo son complicaciones y el caminar se hace interminable. Pero se caminará poco si no se cuenta con buenos pies y mucho ánimo, porque el camino es pedregoso, con baches constantes y el barro o lodo se pega a los pies. Se requiere, además mucho ánimo y una “determinada determinación” de empezar cuantas veces sea necesario.

Quien ha encontrado el verdadero camino, sabe muy bien que no se adelanta nada con condenar a los criminales. Se consigue mucho más amando a quienes tienen sus manos ensangrentadas, para que puedan abandonar el camino de Caín y aceptar a quien con su sangre nos abrió el camino de la salvación,

Cuando María Fida Moro dio un abrazo de perdón a los asesinos de su padre afirmó que Valerio Morucci y Adriana Faranda no eran dos monstruos, sino dos personas que se habían equivocado
Quien ama no lleva cuentas del mal. Siempre perdona.