Estaba
el filósofo Diógenes cenando lentejas cuando le vio el filósofo
Aristipo, que vivía confortablemente a base de adular a rey.
Y
le dijo Aristipo: “Si aprendieras a ser sumiso al rey, no tendrías
que comer esa basura de lentejas”.
A
lo que replicó Diógenes: “Si hubieras tú aprendido a comer
lentejas, no tendrías que adular al rey”.
Anthony
de Mello
A
los niños les enseñan a comer lentejas y otros alimentos. La
dificultad no está en cómo comer, sino en conseguir las lentejas.
Cuando no se encuentra comida, es fácil caer en cualquier tentación
que se presente: adulación, manipulación, chantaje, robo…
Se
cede a la tentación cuando no se ha recibido una buena herencia
acompañada de una mejor educación que le permita a la persona
crecer en libertad y en responsabilidad. Es más cómodo abandonarse
a la comodidad que esforzarse cada día por mantenerse fiel a la
conciencia.
La
psicología nos ayuda a cambiar nuestras conductas. Con respecto a
los rasgos aprendidos,
el yo soy así debe
sustituirse por el yo
aprendí a ser así.
La frase: yo
no puedo,
debe ser sustituida por el yo
no quiero, y
la de,
yo no sé,
por la de, yo
puedo aprender.
Es
posible comer lentejas antes que seguir adulando; pero para ello se
necesita convencerse de que uno puede y quiere hacerlo antes que
adular. Es necesario cambiar el modo de pensar para cambiar la manera
de actuar. Para poner manos a la obra hay que luchar con ahínco y
tener la generosidad y fortaleza de las almas grandes.
Newton,
huérfano de padre a poco tiempo de nacer, fue además un niño
enfermo.
San
Juan de la Cruz compuso sus mejores poesías en la cárcel de Toledo.
San
Pedro Claver atendió más de 300.000 esclavos, teniendo en contra a
los traficantes.
Chaplin
conservó el humor a pesar de tener a su padre alcohólico y a su
madre loca.
Quien
vence las primeras dificultades y se hace fuerte en la hora adversa,
no necesita vender su conciencia para poder vivir honradamente y
lograr las metas propuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario