Un
joven párroco, en un sector de clase media, vivía con un sacerdote
asistente entrado en años, enfermo y de relación difícil; el
párroco procuraba ignorarlo lo más posible. Su sacristán era un
hombre muy pobre que, por caridad, había recibido ese trabajo en la
parroquia; a pesar de su buena voluntad era muy incompetente, y el
joven cura tenía que preocuparse de muchos detalles.
Perdía
la paciencia con el sacristán y lo trataba con dureza. Había además
en la parroquia una niña joven, que iba a hacer la comida, pero
cocinaba mal y casi siempre lo mismo. El párroco la toleraba de mala
gana. Debido a que ella mantenía a su madre.
El
joven cura deseaba trabajar en un barrio realmente pobre, con los más
pobres y con un estilo de vida pobre. En ello ponía su corazón y
sus gestiones, a fin de ser transferido a ese tipo de parroquia, pero
diversas circunstancias, por ahora, no se lo permitían. Se sentía
frustrado en sus ideales, le parecía estar perdiendo el tiempo y que
las personas que convivían con él estaban de sobra.
Hasta
que en una ocasión en que hizo un largo retiro, Dios le hizo
descubrir que los pobres que él buscaba los tenía en su misma casa,
y que la mayor pobreza que deseaba la estaba ya viviendo, aunque no a
su manera, sino a la manera de Dios.
Segundo
Galilea
El
joven párroco “deseaba trabajar en un barrio realmente pobre”,
fuera de donde vivía. Buscaba a los pobres y vivir la pobreza lejos
de casa. Dentro tenía pobres, quizás de los más pobres, pero no se
había dado cuenta. Lucía más alumbrar fuera, en un barrio pobre,
que dentro de su casa, con pobres “que no merecían la pena”. No
se había percatado qué tipo de pobreza quería para él el Señor.
¿Qué
es ser pobre? ¿En qué consiste la pobreza?
Hay
muchas definiciones de lo que es ser pobre y en qué consiste la
pobreza, por eso no quiero dar una más o repetir las de otros.
Quiero poner el ejemplo del más pobre entre los pobres, del pobre
por antonomasia: Jesús.
Cristo
experimentó en su vida las consecuencias de la encarnación. Desde
que nació hasta que murió, vivió en radical pobreza. El libremente
escogió vivir así y eligió acomodarse a la voluntad del Padre,
abandonándose en sus manos y en las de sus mismos verdugos. Por
reconciliar al género humano con Dios, quedó en total desamparo.
Es
difícil ser pobre y vivir la pobreza a la manera de Dios. Es más
fácil y más cómodo poder escoger el lugar, las personas, y ser
POBRE A MI MANERA. Feliz aquel que ha optado por los más necesitados
y vive con corazón de pobre en cualquier rincón del mundo.
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