A una persona muy
afligida que había acudido a él en busca de ayuda le preguntó el
Maestro: “¿Deseas realmente ser curado?”
“¿Me habría
molestado en acudir a ti si no lo deseara?”
“¿Y por qué no?
La mayor parte de la gente lo hace”
“¿Para qué?”
“No precisamente
buscando la curación, que es dolorosa, sino buscando alivio”
Y a sus discípulos
les dijo el Maestro: “Las personas que desean curarse con tal que
puedan hacerlo sin dolor, son como los que están a favor del
progreso, con tal de que éste no suponga para ellos cambio alguno”.
Anthony de Mello
Muchas personas no
desean curarse, sino sólo aliviarse. Tienen muchas resistencias para
aceptar la sanación, bien por falta de preparación, bien por falta
de decisión. Les resulta muy difícil conocer en vedad cual es su
actitud, y, sobre todo, abandonar la situación en que se encuentran,
porque ésta, a fin de cuentas, les resulta ventajosa por acaparar el
interés, por comodidad, por lástima…
Nuestras necesidades
responden a nuestras creencias. Dentro de nosotros hay distintas
necesidades, como el fumar, beber, ser gordo, estar enfermo…porque
muchas veces nos las hemos fabricado y sin ellas no podemos vivir. Es
necesario conocerse para poder desenredar todos los nudos mentales en
los que estamos envueltos y arrancar las causas de los males.
Es terrible darse cuenta
que las muletas que nos ayudan a movernos, son las que nos impiden
caminar por nuestro propio pie.
Durante siete años no
pude dar un paso
Cuando fui al gran
médico
me preguntó: ¿Por qué
llevas muletas?
Y yo le dije: Porque
estoy tullido.
No es extraño- me
dijo-.
Prueba a caminar. Son
estros trastos
los que te impiden
andar.
¡Anda, atrévete,
arrástrate a cuatro patas!
Riendo como un monstruo,
me quitó mis hermosas
muletas,
las rompió en mis
espaldas
y sin dejar de reir, las
arrojó al fuego.
Ahora estoy curado.
Ando.
Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces,
cuando veo palos,
camino algo peor por
unas horas.
(Bertolt Brecht)
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