Cuentan
que un anciano subió a las cumbres del Himalaya. Todos se extrañaban del
prodigio. Alguien apuntó la respuesta verdadera: "Subió con sus pies a las
cumbres porque su corazón subió primero". Y, por supuesto, que se puede
cambiar la realidad de muerte en vida, si tenemos corazón y lo queremos.
El diccionario nos define la misericordia como
la: “Virtud que hace al hombre compadecerse del dolor o infortunio ajenos”.
El Papa Francisco nos da
unas definiciones y nos die que “Misericordia: es la palabra que revela el
misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo
con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al
hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une
Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre
no obstante el límite de nuestro pecado”.
Dios es Misericordia. Tanto nos ama que ha
enviado a su Unigénito “para que el mundo se salve por él” (Jn 3, 17). Él ha
venido “para anunciar el Evangelio los pobres, para anunciar a los cautivos la
libertad y a los ciegos, la vista. Para
dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor"
(Lc 4, 18-19). Todo lo que realiza Jesús con todos los que se le acercan:
pecadores, pobres, enfermos, “lleva consigo el distintivo de la misericordia”
(Papa Francisco).
“Dichosos los misericordiosos, porque ellos
alcanzarán misericordia” (Mt 5, 7).
La misericordia es
solidaridad y compromiso de amor eficaz hacia los hermanos en la necesidad y en
la miseria; es perdón y reconciliación
de las ofensas recibidas y cometidas. La misericordia siempre une los corazones,
crea fraternidad, aleja del que la
practica, el odio, la división, la injusticia y la violencia.
La misericordia es un
aspecto del amor que, viendo la necesidad por la que pasa el otro, trata de
aliviarla. El misericordioso trata de ponerse en el lugar del otro, siente
compasión por él, comparte su sufrimiento y hace todo lo posible por ayudarle.
A pesar de que el ser humano se sienta movido a compasión, su misericordia será
limitada ya que no tiene los medios para borrar todo el sufrimiento de la persona.
La necesidad de concretar los sentimientos de caridad se termina en las obras
de misericordia. La credibilidad del cristiano está en el amor que brinda a los
demás, en la misericordia que ejerce, especialmente, con los necesitados. En
todo su comportamiento: palabras, gestos, acciones debe brillar el amor y el
perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario