PODEMOS COMUNICARNOS CON DIOS Y LOS OTROS
Jesús es y será siempre el que permite la
comunicación de Dios a nosotros y de nosotros a Dios. No es solo un interprete,
es la Palabra misma de Dios y la nuestra hacia Él. Por eso todo lo que pedimos
lo hacemos en nombre de nuestro Señor Jesucristo. Y por eso también, todo lo
que el Padre tiene que decirnos, nos lo dijo completamente a través de Él. (San
Juan de la Cruz).
Sólo
el hombre es capaz de hablar desde la palabra que crea memoria y experiencia.
Es un don de Dios que es pura comunicación de Amor. De hecho el Señor es el
"Sembrador" y lo que siembra es su palabra, que tiene el poder de
germinar dentro de nosotros y transformarse en frutos de amor. De hecho hay
quien afirma que la frase final de este Evangelio que dice que en el colmo del
asombro, los que presenciaron este milagro comentaban: "Todo lo ha hecho
bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." Y es que a través de
sus gestos y sus palabras, Jesús ha puesto en marcha un proceso definitivo de
comunicación, sembrando “la palabra” (4, 14), esto es, haciendo que los hombres
y mujeres pueden oír y hablar, pues en esto consiste el hacerlo todo bien.
Es
realmente una maravilla (si bien lo pensamos) que podamos hablarle a Dios, que
El nos comprenda y viceversa!....¡qué maravilla!
El nos ha hablado en nuestro idioma, sus
palabras y las nuestras son iguales....sólo difieren en el contenido y ese
corre de nuestra cuenta. Si tenemos las mismas palabras, podemos tener los
mismos sentimientos y acercarnos así a sus pensamientos insondables, que sólo
quieren para nosotros el Bien.
El está cerca y nos oye cuando le pedimos
que nos escuche (decía Teresa que por bajito que le hablemos, no deja de
oírnos). No nos queda más que estar atentos a la voz de su Palabra que es
Jesús.
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