EL ROSARIO
El rosario es
una de las oraciones más rezadas entre los católicos. El rosario es una oración
apreciada por todos los fieles cristianos. Es un compendio del evangelio. Con
él aprende de María el pueblo cristiano a experimentar la profundidad del amor
de Cristo.
El rosario es una de las
modalidades tradicionales de la oración cristiana orientada a la contemplación
del rostro de Cristo. Así lo describía
el Papa Pablo VI: “Oración evangélica centrada en el misterio de la Encarnación
redentora, el Rosario es, pues, oración
de orientación profundamente cristológica.
En efecto, su elemento más característico la repetición litaníca del “Dios te salve,
María”se convierte también en alabanza constante a Cristo, término último del
anuncio del Ángel y del saludo de la Madre del Bautista: Bendito es el fruto de
tu vientre” (Lc 1, 42).
El rosario, decía Bartolomé
Longo, es una “cadena” filial que nos une a Dios, pero que también sirve para
unir a los seres humanos. El rosario ha sido propuesto como oración por la paz,
oración para conseguir la unidad en las familias, oración para reconciliar
a los alejados. El Papa proclamó desde
octubre del 2002 a octubre del 2003 el Año del Rosario. El rosario es una
oración para acudir a María, Madre nuestra, para aprender de ella a caminar con
Jesús, para construir un mundo de amor y de paz.
La costumbre de rezar con
unas bolitas, tiene una raíz indiana shivaita, el mundo islámico habría traído
la costumbre de recitar los 99 nombres de Aláh sirviéndose de apropiadas
cadenitas de 99 bolitas. Después se trajo a Europa y los cruzados, según esta
hipótesis historiográfica, habrían importando a Occidente y adaptado a la
plegaria cristiana una práctica de origen Oriental. Hoy, sin embargo, sabemos
de la existencia de cadenitas utilizadas para la plegaria en el mundo cristiano
desde los tiempos de los Padres del desierto, en los Siglos III y IV después de
Cristo, mucho antes de las cruzadas.
Hasta finales del Siglo XIX
se atribuía la práctica del rosario
meditado a Santo Domingo de Guzmán. La atribución tradicional a Santo Domingo
es el resultado de una confusión con Domingo de Prusia que sería el verdadero
“inventor” del rosario. Sin embargo, en 1977 Andreas Heinz descubrió un
manuscrito con un Rosario meditado cien años anterior al de Domingo de
Prusia.
He escogido algunas ideas muy
válidas que Juan Pablo II nos da en la
Carta Apostólica “Rosarium Virginis
Marie”.
Comienza diciendo el Papa que el rosario de la
Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del
Espíritu de Dios, es una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por
el Magisterio.
El rosario, en efecto, aunque
se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la
cristología. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la
obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo
cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a
experimentar la profundidad de su amor. Mediante el rosario, el creyente
obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre
del Redentor.
El Rosario es una de las
modalidades tradicionales de la oración cristiana. Fulthon Sheen fue llamado el
mago de la televisión. Miles de espectadores veían el programa: “La vida vale
la pena vivirse”.
Un día se presentó un joven y
le dijo:
-
Creo, Monseñor, que exagera su devoción a la Virgen y no comprendo
cómo recomienda tanto el rezo del Rosario, esa monótona repetición de
Avemarías.
-
Señor – le contestó Fulthon Sheen-, la repetición es el lenguaje
del amor. Los novios, los hijos a sus padres y los padres a sus hijos, no se
cansan de repetirse que se aman. Usted mismo, ¿qué le dice diariamente a su
esposa?
-
-Que la quiero.
-
-¿Ve?
No hay comentarios:
Publicar un comentario