HAZ QUE VEA
Jesús dijo al ciego Bartimeo:
- ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego le contestó:
-
Maestro, que pueda ver.
Cuando
el astronauta Y. Gagarin dijo que, en su paseo por el espacio, no había tenido
la fortuna de toparse con Dios, un sacerdote de Moscú replicó: “Es natural. Si
no lo has encontrado en la tierra, no lo encontrarás jamás en el cielo”.
Para ver a Dios en el cielo hay que
descubrirlo en la tierra, pues sabemos que, desgraciadamente, hay muchas
personas que teniendo ojos no ven a Jesús, aunque lo tengan delante.
El ciego de Jericó
tiene una gran confianza en Jesús y grita suplicándole: “Ten compasión de mí,
Hijo de David”. Aunque la multitud lo increpa para que se calle, el hombre
grita mucho más su fe en el Hijo de David. En su grito: “Hijo de David, ten
compasión de mí”.
La gente le llama y le anima: “¡Vete! ¡Ten
confianza! ¡Te está llamando!” Todo lo que llamamos apostolado está en ese
impulso: “¡Acércate! ¡Te está llamando!”.
Bartimeo arroja su manto que le molesta para
ir corriendo hacia Jesús, se despoja de todo lo que le estorba
En Bartimeo el poder de Jesús y la fe obran el
milagro: “Anda, tu fe te ha curado”. Y al momento recobró la vista y lo seguía
por el camino.
Bartimeo, que así se llamaba el ciego, es
decir, ‘el hijo de Timeo’, es un hombre solo, que estaba sentado, postrado,
envuelto en tinieblas, sin horizonte ni camino; es el símbolo de todos los
seres humanos que desean ver, caminar y vivir, y buscan un sentido para sus
vidas en medio de la noche. Pero, ¿qué es preciso hacer para ver?, ¿qué
condiciones permiten descubrir en Jesús al Señor? El que no nazca de lo alto no
puede ver el Reino de Dios. Felices los de corazón limpio porque ellos verán a
Dios. Es voluntad del Padre que todo el que vea al Hijo y crea en él tenga vida
eterna. Jesús se presenta como el rostro humano de Dios. Él es luz para el camino.
Bartimeo, apenas recobrada la vista, se puso a caminar.
La curación de la
enfermedad corporal de un ciego es en los evangelios una señal que nos habla de
la curación de la ceguera del corazón. Y sabemos que en nuestra sociedad esta
ceguera es muy frecuente.
"¿Qué
quieres que te haga?". ¿Qué le
responderíamos nosotros? (Un puesto a tu derecha y otro a tu izquierda).
¿“Auméntanos la fe” (Lc 17,5)?; ¿“Creo, pero ayuda mi falta de fe!” (Mc 9,24)?;
¿“Maestro, que recobre la vista” (Mc
10,51)?
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