ÚLTIMAS PALABRAS DE JESÚS
Aceptar la cruz nos cuesta a todos. Hasta el
mismo Cristo pidió ayuda al Padre. Sin embargo, él la acepta. Las últimas
palabras que pronunció crucificado son para nosotros espíritu y vida:
• “Padre, a tus manos encomiendo mi
espíritu” (Lc 23,46). A pesar de que el Padre no obra
milagros para salvarle (Mt 26,53-54), Jesús sigue creyendo en su amor, no
pierde la confianza y se arroja en sus brazos. Y Jesús fue escuchado y acogido.
• “Mujer, ahí tienes a tu hijo...
Hijo, ahí tienes a tu madre” (Jn 19,26-27). Si Jesús se
preocupa del ladrón arrepentido, también se preocupa de su madre. La encomienda
al “discípulo
amado”. María es madre espiritual de todos los creyentes y sigue de cerca unida a
los apóstoles (Hch 1,14).
• “Tengo sed” (Jn 19,28). Uno de los tormentos del crucificado era la sed. Jesús tenía,
además, hambre y sed de justicia.
• “Todo está cumplido” (Jn 19,30). Jesús viene a hacer la voluntad de Dios (Hb 10,7); ésta es
su alimento (Jn 4,34). Había cumplido su misión: “Yo te he glorificado en la tierra llevando a cabo
la obra que me encomendaste realizar” (Jn 17,4).
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